SOBRE LA CARNE Y SOBRE EL ALMA

I recorded the sound of your heart
I recorded the sound of your eyes
And I converted them into this sad song
That modulated these mysterious lights
("Sad Song" -Hooverphonics)

Acabo de leer un verso de mi poeta favorita Blanca Varela que proclamaba: “el poema es mi cuerpo / esto la poesía / la carne fatigada / el sueño el sol / atravesando desiertos.” (Dama de blanco) y pensé súbitamente en si la carne también se fatiga..

¿Puede cansarse la carne? En algún momento del infortunio diario ¿la piel y las células se cansan?. Recordé cuando alguien me dijo una vez que lo que más amaba en la vida era experimentar, que sin eso estaría triste….pensé si también uno puede cansarse de eso ¿o es una especie de ansia, de vorágine increíble, que no cesa, que no tiene fin, que no caduca, que está ahí enquistada como un cáncer dulcísimo y perverso?
¿La carne se fatiga acaso algún momento? ¿pide respiro de tanta quietud o quizás de tantas tormentas?. No lo sé ... pero en mi loca introspección imaginé cómo sería un diálogo de la carne con el alma.

“Por favor”, dice el alma, “detente sólo una vez. No puedo ir a tu ritmo.. no soy tan fuerte como tú, mis fibras son diferentes, el material del que estoy hecha es absolutamente diferente al tuyo. Mira a tu alrededor un poco…aspira los aromas, siente y no solo tomes y experimentes.. tómate un pequeño segundo….hazlo por mí siquiera, que me canso,,que a veces sufro…que cuando empiezo a observar y conocer algo, ese algo lo desechas y corres detrás de otro algo…y crees que me haces bien a mí pero solo te haces bien a ti y no me dejas disfrutar nada de verdad” .

La carne la mira escéptica y contesta: “Lo siento. No puedo detenerme..es mi naturaleza. Siento no poder ir a tu ritmo, ni ser como tú deseas que yo sea..No quiero herirte ni lastimarte..pero yo siempre hago lo que se me antoja y no puedo pensar en ti.. no puedo ser nada más que carne…”
“Y si un día hablamos y acordamos un punto medio de satisfacción”, susurra el alma un tanto confundida, “te enseñaría a mirar un poco más a los ojos o escuchar más allá de las palabras”. La carne sonrie algo enternecida ante su absurda ingenuidad. “No creo que sea buena idea porque después vas a reprocharme y estarás triste y en serio no quiero causarte más daño del que dices que te causo. Yo sé que después te vas a arrepentir de lo que me pides; tú eres una parte importante en mí aunque no lo creas y a veces no quisiera dejarte atrás pero es lo mejor para ti, porque esperas que hagamos un equilibrio en este cuerpo y eso no será, porque tenemos distintas esencias, maneras muy distintas de pensar y de ver las cosas y tú sales lastimada siempre y no quiero eso”.
Después de tal declaración al alma sólo le queda sonreir dulcemente y confesarle a la carne que lo que la atormenta es no haberla podido conocer nunca, es no saber quién es, en verdad. “Estamos en el mismo cuerpo ..y aún así eres una desconocida para mi”.

Sería un diálogo triste y algo cruel pero el alma sabría que ambas estarían divorciadas para siempre, ajenas, lejanas, pasajeras mutantes de un mismo ente, que jamás se encontrarían, ni se conocerían en verdad. "El trabajo de la carne es fácil porque ella absorbe el placer de todo, lo más simple y efímero se queda allí, en la superficie”, pensaba el alma, “en cambio el miasma del sentimiento, del dolor o la alegría desnuda o disfrazada, de las frustraciones, llega hasta mi…hasta lo más profundo de mí... “.

Pero la carne quizás sí tenía algo más dentro que el alma no podía entender.. quizás sí la quería un poco.. de un modo extraño vil, fatal, lejano pero la quería y quizás sí la consideraría algo, un poco importante, aunque nunca lo evidenciaría…

Entonces: ¿La piel se cansa?

Jamás.

¿y el alma?.. ..
el alma es diferente..
el alma nace ya cansada…
de sentir..
por eso ha comprendido que para ser feliz debe emigrar
hacia otro cuerpo…
pero también ha entendído que debe vivir lo que tiene que vivir junto a su carne

sino jamás

podrá olvidarla...