PLANETA UNICORNIO andanzas personales de un unicornio impersonal

He escuchado La Bas toda la mañana. Cada cierto tiempo siento que debo perderme en ella para de algún modo volver a mis raices, a reconocer quien soy yo en mi propia esencia. Y en ese recordar aparece inexorablemete Mabel. Mabel tenía los ojos medios dormidos y el cabello castaño. Parecía una pequeña frágil figura de Modigiliani vestida en negro con una botas increiblemente hoscas pero que le quedaban genial..... Mabel y yo debimos ser hermanas. Nos parecíamos físicamente y nuestro caudal interior era tan similar como dos fantasmas que se encuentran reencarnados. Una exposición sobre el Eros y el Tánatos en la universidad nos acercó, nos hizo descubrirnos la una a la otra. Entonces nos hicimos casi una creo. Nos pasábamos horas en el jardín de la universidad hablando de la belleza de la muerte, del sucio y siniestro plan que tenían Dios y el Diablo para nosotras. Le recitaba mis versos y ella los suyos que eran preciosas odas a Satán. Yo vivía fascinada por el idea l de la maldad cubi

¿Qué hacemos cuando estamos enamorados? ¿Olvidarnos de nosotros mismos en demasía o sólo un poco? ¿ceder parte de nuestra individualidad para crear un nuevo universo? ¿aprender lo que es el maravilloso y peligroso mundo de la empatía en su expresión más cálida?. Es hermoso estar enamorado y a la vez un riesgo, que para algunos puede representar la pérdida de toda una filosofía de la libertad, de la experimentación. En mi opinión lo verdaderamente aterrador no es estar enamorado o no estarlo sino es no saber si uno lo está, no poder darle un nombre exacto a lo que uno siente en realidad. Ese limbo del “no sé…” es algo aun más espantoso que todos los estados habidos y por haber: los sentimientos confusos, los odios tan viscerales fusionados con una pasión malsana y con una ternura desbordante pueden enloquecer a cualquier ser humano, llevarlo hasta el limite del paroxismo y si el interior ya esta herido puede ser aun más peligroso. Sé de qué hablo. Esa historia ya pasó en el tiempo pero

Plaza Vea, Barranco. 7:35 p.m. Este encantador ser (me refiero a mi, por si las dudas) abordó el bus de la línea "Los Laureles" más conocida como la "línea de los celestes" para asistir al encuentro con sus seres queridos después de un arduo día de trabajo. Iba y tranquila y casi en los brazos de Morfeo pensando en los cientos de proyectos que tengo para este año. Mi retorno a la universidad, el seguir mi anhelo tantas veces pospuesto de estudiar periodismo y tantas cosas más, cuando de pronto algo me hizo recordar que estamos en febrero, mes infausto no sólo por los carnavelos odiados que pululan por toda la ciudad de Lima sino también por otra amenaza insomne y silenciosa que ataca a los que aún no poseemos auto y tenemos que usar el transporte público. Una amenaza que puede terminar de un zarpazo con tu buen humor, con tu sentido de la estética o simplemente con lo inmaculado de tu prenda de vestir: los Playeros. Sé que este post puede resultar canalla y discrimi