LAS DOS PRINCESAS

Hay una historia que siempre quise contar.
Es la historia de dos princesas.

La princesa Cris compartía el día a día conmigo.
Tenía inmensos momentos de tristeza y alegría.
Se colocaba sus audífonos y cantaba y bailaba por toda la habitación
y cuando lo hacía parecía brillar
como los rayos del sol en un ocaso.
Y siempre decía algo
cada vez que la música, un sandwich caprecce real o una paleta de chocolate
le hacían estallar el corazón
SOY LA PERSONA MÁS FELIZ DEL MUNDO.

Les confieso que me robé esa frase para siempre.
Desde que conocí a la princesa Cris,
cada pequeña cosa
que llegaba a mis manos y mis sentidos,
sea un frapuccino con leche de soya del Palacio Starbucks,
un ceviche vegetariano,
la puesta del sol ,
o el aire frío golpeándome la cara en un dia de calor,
y me hacia sonreír
era recibida por esa frase de mis labios
"Soy la persona más feliz del mundo".

Un día llegó el anuncio de que otra princesa llegaría,
una princesa pequeñita,
rescatada de la urbe y sus maldades
una princesa dulce hecha de pompones de miel y de dulzura.

Y la Princesa Cris
 se preocupo demasiado
 por su espacio
 por el tiempo
 por su alergia.

Princesa Negrita llegó
y yo  fui encantada por ella desde el inicio.
Princesa Cris aún estaba distante
y con dudas;
yo tratando siempre de equilibrar el cosmos
 aunque tuviera pocas destrezas para hacerlo.

Un día pregunté por la Princesa Negrita
y la busqué muy preocupada.
Al entrar en los aposentos del Rey Carlos
la vi sentada en su trono;
y la princesa Cris a su lado con ella contemplándola y mimándola
Entonces pensé: el destino está marcado.

Desde ese día de momentos y de tiempos
las princesas jamás se separaron.
Princesa Negrita dormía sobre los suéteres de la Princesa Cris,
se arrullaba en sus carteras,
la ayudaba y compartía sus labores
en administrar el marketing del reino.
Cada fin de semana se iban juntas
 y se iban volviendo una sola,
hasta tener la misma mirada, los mismos ojos, la misma forma de sonreir
y de crear los momentos más felices de su dia.

Un día Princesa Cris le dijo
"tú eres mi rayito de luz",
y debo admitir que otra vez adopté su frase como mía.
Princesa Negrita se volvió también un rayo de luz
que saltaba hacia mis brazos, al llegar cada día al reino.
Cuando el mundo pesaba mucho en nuestros hombros
la mirábamos sonrientes
y ella sabía que era el centro de las mirabas
El conde Paulo quien enseñaba a bailar a las ninfas y faunos del universo
sabía que nunca sus pasos igualarian a su gracia,
y les susurraba al oído a sus alumnos:
"deben pisar las nubes y flotar como ella lo hace".

Cuando llegó el momento de irme del reino,
todos los cortesanos me decían:
"¿qué ocurrirá con la Princesa Negrita?
¿se quedará aquí?
ella necesita su propio reino donde debe estar cuidada y protegida."

Mi corazón se oprimía pero yo sabía la respuesta.

Una estrella fugaz cruzó el cielo
y el corazón de la Princesa Cris fue iluminado;
hubo una conjunción de dos estrellas
y las dos princesas cruzaron sus estelas para siempre.
Lo sentí el día que las vi en el trono del Rey
y ahora se estaba haciendo realidad.
Y fui feliz
porque ambas eran felices.
Habían sido creadas la una para la otra,
crearon un reino único de palabras dulces y sonrisas
de engreimientos y de vida,
de complicidad
y de ternura.

Ayer Princesa Negrita
partió a otro reino.

Un reino de nubes y arco iris;
un reino de ronroneos celestiales
y azulados.
Princess Cris se quedó aquí
en el reino de los hombres,
con la mitad de su enorme corazón;
con un corazón en lluvia
y un vacío que no cesa.

Yo sólo sé en medio de mi tristeza
que Princesa Negrita fue la más feliz de este planeta
y que Princesa Cris fue más feliz haciéndola feliz
Sé que un día cuando resuciten los arco iris
y aparezcan dinosaurios de colores y de nieve,
cuando la nieve caiga como algodón de azúcar
en las manos y las entrañas,
se encontrarán las dos un día

y princesa Cris, recitará
con su voz emocionada
y los ojos brillando como luciérnagas...

"Otra vez.... soy la persona más feliz del mundo."