NO PONGAS ESE DISCO

En 1973, salió a la luz una canción del Grupo 5, interpretada por Wilfredo Mendoza cuya letra decía:

No pongas ese disco no lo Pongas mi amigo porque Me trae recuerdo que ahora son olvidos No pongas ese disco no lo Pongas mi amigo no vez Recién comienza y ya me siento herido

Es uno de esos temas inolvidables que aunque pasen 30 años seguirán sonando en las radios.

Yo solía tararearlo pero no fue hasta hace 7 años que entendí su significado.

Entendí que existen canciones que asociamos a determinados momentos de nuestra vida y que después evitamos escuchar porque nos traen recuerdos dolorosos y tristes de una época que quizás fuimos felices y que terminó.

Recuerdo bien cuando descubrí este tema. Estaba sola y aburrida en el trabajo y en mi navegar por la web reparé en Dun Can Dhu. Nunca había sido uno de mis grupos favoritos, conocía unos cuantos hits suyos en la radio pero ninguno de ellos había logrado penetrarme el corazón.

Sin embargo esta canción me destruyó.

Destruyó mis barreras, mis reticencias, mis dudas.

Caía rendida ante ella absoluta y totalmente.

Al otro lado de la computadora estaba una persona en San Isidro .

Una persona que jamás había visto pero a la que me unían lazos fuertes e invisibles, con la que compartía un sentimiento mutuo, inexplorado, secreto y que, a la vez, gritaba por ser real.

Y compartí la canción con él.

Y la canción hizo lo mismo. Lo cautivó completamente

Y desde ese momento ese amor no confesado tuvo un himno: esta canción.

Tiempo después cuando logramos estar juntos, nos sentábamos en la computadora y la escuchábamos y sonreíamos ante la maravillosa posibilidad de estar ahí, los dos, por siempre.

Hasta que él se fue o yo me fui, nunca lo sabré con certeza. Pero terminó. Y quedé tan destrozada que me juré jamás volver a escucharla.

Hasta hoy. Que algún tipo de remolino en mi cerebro me ha llevado hacia ella de un modo quieto, suave pero no exento de dolor...

La melodía duele aún...
no es un dolor agudo, que lastima, que lacera los adentros

sino un dolor sordo lejano, de un recuerdo que fue...

Y paradójicamente
ahora
no puedo dejar de escucharla

como si uno necesitara recordar
para poder seguir viviendo...

Comentarios

Entradas populares de este blog

LAS TRAMPAS INOCUAS DEL RENCOR

HE GANADO LA CAUSA DEL TRIGO, PRINCIPITO

CREEP